No se culpe a nadie...
de mi muerte en vida;
no hay cómplices, ni victimario
esto fue un suicidio.
Yo le dí las armas para destruirme,
le regalé mis debilidades,
le informé de mis culpas
y me atormentó en mis errores.
Yo le entregué el poder
como daga pulida...
le mostré todas mis heridas
y gustosa toleré el martirio.
La confianza y la fe ciega
que le entregue
tejieron poco a poco
la fuerte soga que me puse al cuello.
Que no se culpe a nadie...
por saltar del banquillo
de una torpe ilusión...
Que no se culpe a nadie...
por mi terrible caída
en el vacío de la realidad.
Vicky Arizpe B. (Sayuri)
Hola querida Vicky, ¡cuánto entiendo cada una de tus letras! Me ha gustado muchísimo este poema en el que me siento identificada. Poema bello y realmente hermoso.
ResponderEliminarAbrazos. Rosa.