Tu ausencia se me clava en lo más profundo de mi alma,
mas las heridas ya no sangran.
Ya no queda sangre que derramar
ni lágrima por llorar,
ya sólo queda la triste certeza de tu ausencia
impregnándose en cada poro de mi piel; la dolorosa verdad de tus mentiras
que desgarran sentimientos
despedazando, desmenuzando sueños...
y la maldita condena de quererte.
Te quiero aun sin querer quererte,
por que se que quiero al verdugo de mi muerte
al enemigo en esta lucha que se disfrazó de amigo
mas las heridas ya no sangran.
Ya no queda sangre que derramar
ni lágrima por llorar,
ya sólo queda la triste certeza de tu ausencia
impregnándose en cada poro de mi piel; la dolorosa verdad de tus mentiras
que desgarran sentimientos
despedazando, desmenuzando sueños...
y la maldita condena de quererte.
Te quiero aun sin querer quererte,
por que se que quiero al verdugo de mi muerte
al enemigo en esta lucha que se disfrazó de amigo
como vil estratega
para colgarse el triunfo de la conquista.
Cada minuto muerto es una herida más en esta batalla perdida
cada verdad develada es una baja más en esta guerra
de la que no salí librada...
en la cual me declaro derrotada
en la cual me reconozco por fin vencida
Maldito juego que se convirtió en lucha
en la cual abrace una causa absurda,
maldita guerra de amor
que me lleno la vida de bajas,
que me convirtió en ruina y cenizas
guerra miserable en la que perdí todo
hasta la fe.
para colgarse el triunfo de la conquista.
Cada minuto muerto es una herida más en esta batalla perdida
cada verdad develada es una baja más en esta guerra
de la que no salí librada...
en la cual me declaro derrotada
en la cual me reconozco por fin vencida
Maldito juego que se convirtió en lucha
en la cual abrace una causa absurda,
maldita guerra de amor
que me lleno la vida de bajas,
que me convirtió en ruina y cenizas
guerra miserable en la que perdí todo
hasta la fe.
Vicky Arizpe (Sayuri)
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